El capitalismo no es sólo un sistema económico
Ideas del escritor español Juan Manuel de Prada para la Revista Verbo.
OPINIÓN
Redacción
7/30/20252 min read


El capitalismo no es sólo un sistema económico
Bajo un título que a primera vista parece una obviedad, con una línea concreta y llana, se esconden numerosas cuestiones que rodean habitualmente a la sociedad, y esta no percibe.
El periodista neoliberal, Walter Lippmann, sostuvo que el capitalismo busca transformar “la noción que tiene el hombre de su destino en la Tierra y sus ideas acerca de su alma”. Es evidente que se trata de un objetivo profundo y serio, y cabe destacar, según Juan Manuel de Prada, “que dicha transformación ya se ha consumado, cambiando la faz de la vida humana”.
Destaca el autor español: “el capitalismo ha exacerbado el individualismo y la atomización de la sociedad, la concupiscencia desordenada de bienes materiales (con la consiguiente plétora de necesidades superfluas), la debilitación de la vida espiritual y el decaimiento de la fe. En definitiva, ha «secularizado» por completo la vida económica, infringiendo la subordinación jerárquica de lo material a lo espiritual”.
Puede afirmarse que el capitalismo es también una antropología que crea un “hombre nuevo”. Se trata de un “individuo” independiente que busca la felicidad personal. Hasta Milton Friedman lo admitió: la sociedad capitalista es como “una colección de Robinsones Crusoes”.
De Prada explica: “esta visión de la sociedad como conglomerado de individuos soberanos que no dependen unos de otros ni están sometidos a otros (salvo que voluntariamente se asocien en función de sus propios intereses), es por completo contraria a la visión cristiana de la sociedad, que debe ser una comunidad unida por un bien común, en la que toda persona viene al mundo con unos vínculos innatos y unas obligaciones irrenunciables”.
Por supuesto, que el capitalismo también busca intercambios, pero su “conexión” -entre individuos-, nada tiene que ver con una vida comunitaria auténtica. Incluso se busca disolver aquellos lazos comunitarios, como dice Chesterton en El Manantial y la ciénaga, cuando acusa al capitalismo de haber “destruido la familia en el mundo moderno”, ya que, promueve los divorcios, enfrenta a los sexos y a las generaciones, demonizando las virtudes domésticas.
El capitalismo cree con determinación que los hogares y sus tareas propias del entorno familiar, son una pérdida de tiempo improductiva. A tal punto ello, de provocar “la muerte de todo lo que nuestros padres llamaban la dignidad y modestia”, en palabras de Chesterton.
Redacción.
PRADA, Juan Manuel, Antropología Capitalista, apartado 1, Revista Verbo, núm. 607-608 (2022).


