La Defensa de la Patria: más allá de las ideologías

En un mundo convulso, donde la soberanía de las naciones es un bien cada vez más preciado, la Argentina enfrenta el desafío de defender su herencia territorial y su futuro...

POLÍTICA

Redacción

8/25/20252 min read

La Defensa de la Patria: más allá de las ideologías

En un mundo convulso, donde la soberanía de las naciones es un bien cada vez más preciado, la Argentina enfrenta el desafío de defender su herencia territorial y su futuro. La seguridad y la defensa de la Nación no son meros asuntos de política exterior, sino un imperativo moral. La Patria, como bien común, debe ser protegida de amenazas internas y externas, y esa protección exige un Estado fuerte, prudente y al servicio del pueblo.

Por un lado, el kirchnerismo, en su visión de un Estado omnipresente, ineficiente y corrupto, desarticuló sistemáticamente las fuerzas armadas, considerándolas un estorbo. Redujo drásticamente el presupuesto, desmanteló la capacidad operativa y priorizó una agenda ideológica sobre la seguridad nacional. Este abandono nos dejó vulnerables, con fronteras porosas, una flota naval obsoleta y una capacidad aérea simbólica. La soberanía no se defiende con discursos, sino con hechos y recursos concretos.

Por otro lado, las ideas libertarias, con su visión de un Estado mínimo, corren el riesgo de cometer un error aún más grave. La fe en que el mercado resolverá todos los problemas, incluso la defensa nacional, es una utopía peligrosa. La seguridad no puede ser tercerizada ni dejada al azar de los intereses privados. ¿Quién controlará la hidrovía? ¿Quién garantizará la integridad de nuestras fronteras?

La solución no está en ideologías que terminan siendo entreguistas, sino en el camino de los intereses nacionales y las políticas de Estado. La Argentina necesita una Defensa Nacional que sea prioridad concreta, con un plan estratégico de largo plazo.

Primero, es urgente recuperar el control de nuestro mar y nuestras fronteras. La vigilancia marítima es crucial para proteger nuestros recursos pesqueros y el comercio. El control fronterizo es vital para combatir el narcotráfico y la inseguridad.

Es imperativo recuperar la visión de una red federal de ferrocarriles y un plan estratégico para la hidrovía Paraná-Paraguay. Estos proyectos no son solo económicos, son de soberanía. Un tren que une el país de punta a punta integra a la nación y facilita el control territorial. Una hidrovía soberana garantiza nuestro comercio y nos da poder geopolítico en la región. Ninguna de esas obras debe quedar a merced de capitales foráneos como pretende el gobierno.

La grandeza de una nación no se mide por su capacidad de consumo, sino por su capacidad de proteger lo que es suyo. La soberanía no es un eslogan, es una responsabilidad y un deber. Es tiempo de dejar atrás las ideologías estériles y abrazar la sabiduría de la dignidad y la fortaleza, la misma que guió a los hombres que forjaron nuestra Patria. La defensa de la Argentina es una tarea de todos y no puede ser delegada a la suerte o al mercado.

Redacción.